Invierno

La puerta entreabierta y un frío que no alcanzaba a llegar a los pies del pequeño. Dormitando entre sus sábanas, que no le permitían salir de las cobijas de su cama, no quiere ir al colegio. Pero un olor le hace saltar de golpe.

El solo hedor que llegó a sus narices no pudo contenerlo del frío del exterior, no importaba la lluvia de la ventana ni el frío del piso de madera. La única razón de su existencia era conseguir la fuente de ese maravilloso olor.

Ovalado, fuerte, fresco y cálido. Un olor como ningún otro que haya olido en el olimiento de toda su olorada vida. Toma un pantalón y se lo pone, se pone ese pantalón con la cara de un zombie. El sueño que siente le trata de ganar la batalla, pero el olor es más fuerte. Los pies tratan de entrar en unas zapatillas con cara de auto rojo y un chaleco verde que no hace juego para nada con el resto de su ropa.

La habitación del pequeño está muy alejada de su objetivo, la ansiada fuente de olor está tan lejos como la Luna de la Tierra. Ojos entrecerrados y un bostezo gigantesco que detienen su caminar hacia el pasillo. Cierra la puerta tras de sí y se siente un estruendo mayúsculo. Una luz cegadora entra por la ventana tan rápidamente como se aleja. Los truenos no hacen daño si están lejos y el pequeño tiene conciencia de aquello.

El pequeño vuelve a su camino y no duda en seguir, la lluvia se hace cada vez más fuerte y el viento pega en las ventanas del comedor. Pasa al lado de un sillón rojo con patas de madera y continúa obnubilado por el olor mágico. La mesa que se interpone en su camino resulta no ser el lugar de llegada, la cocina es un sitio privilegiado por ese aroma celestial.

Una radio suena con la música característica, no se atreve a pasar por el umbral ya que la luz lo ciega. Pero un nuevo bostezo y unas friegas en los ojos hacen que pierda su sueño y entra a la cocina. Su madre saca del horno una bandeja con pequeños panes que acababa de hacer en la madrugada, lo mira con cariño y moja las masas cocinadas.

Un pan caliente con mantequilla entre sus manos y el pequeño vuelve a su cama. Se arrepiente en la mitad de su trayecto y ve que el sillón es muy acogedor. Se recuesta y enciende el televisor, es sábado por la mañana y mira dibujos animados. No quiere comer ese pequeño pan, la aventura que pasó por el olor de pan recién horneado lo hizo valorar la travesía que lo condujo al gran premio.

Finalmente no resiste la tentación y le da un mordisco a ese suculento bocadillo. Pero lo deja caer al suelo… el pan estaba demasiado caliente.

Agenda

La bóveda celeste se tornó grisácea. Los humanos corren a refugiarse bajo sus techos de zinc, único material que puede controlar lo que se avecina. Angelina está a varios kilómetros de su casa y ningún auto quiere detenerse. Los animales, ya acostumbrados, buscan refugio bajo la tierra. Es un nuevo fin de mundo. De pronto el instinto de Angelina despierta y corre hacia alguna cornisa. La búsqueda se hace infructuosa y sólo le queda orar por su suerte. Los árboles giran sus hojas para brindarse una mayor protección. Angelina desesperadamente sigue corriendo, cada casa le hacía posible la entrada sólo al aire. Pero sería por poco tiempo, antes que comenzara a llover.

La radio ya lanza la música característica que indica la venida del temporal. La cúpula ya estaba cerrada y ni una polilla se asomaba esperando lo inevitable. El aviso era inminente. Angelina no paraba de correr y su voz no salía de su garganta en sus desesperados gritos de auxilio. La policía había hecho ya su ronda, su rápida y superficial ronda de búsqueda. Sin encontrar un lugar, Angelina sólo le quedó sentarse en una banca de una plaza de juegos. A esperar el final. No había brisa alguna y la radio daba el aviso culmine. Una leve sirena de bomberos se escuchó y cayeron algunos pequeños trozos de polvo estelar.

“La AEI acaba de dar el aviso de un nuevo movimiento terrestre. Hoy, 21 de marzo corresponde una nueva traslación del planeta hacia la posición otoñal.” Esas palabras salidas de su pequeño receptor de mano, le cortaron el alma. Angelina cambió el modo de su celular y revisó el calendario. Se llevó el aparato a la frente. Si bien estaba su alarma en el día señalando, no tenía la fecha configurada correctamente. Las pequeñas partículas redondeadas por la atmósfera caían cada vez más fuerte y en un mayor tamaño. Las nubes, creadas por chimeneas industriales, no dejaban ver el rápido movimiento por el espacio. La velocidad de traslación era cada vez mayor y con eso la lluvia se hace más torrencial.

Por los techos escurren las piedras espaciales ya líquidas por el accionar del zinc. Siguen escurriendo por los ductos hasta el mar, donde se depositan a un costado de los desechos nucleares mundiales. Angelina ve a un moribundo perro alcanzado por las gotas estelares. De pie, inmóvil, se ve reflejada en el pobre animal. Una de las piedras le arrebata el celular de la mano destrozándolo por completo, y otra hace lo mismo con su mano. La constante lluvia y su calor interno hacen explotar una a una las células de la joven.

“Una nueva mañana otoñal nos invita a disfrutar la AEI. El cielo ya fue despejado y las hojas de los árboles poco a poco comienzan a caer. Como cada cambio de estación, hay algunas personas desaparecidas pero nada que no pueda borrar el tiempo. Recuerden que si la Tierra se mueve, nosotros nos movemos con ella. Ahora vamos a un tema musical…” Dice la estación radial de la ciudad mientras se reparan las calles y camiones sacan el material acumulado en lugares bajos.

Perro

Soy el típico estereotipo de perro callejero. Quizás no lo dije bien pero es por vergüenza, es que los humanos aún usan nuestro denominador de forma vulgar. Soy una perra. No te rías, ¿es que una no puede pertenecer a un género que se llame así? El gran problema de nosotras es que nos miran en menos, todo porque cada cierto tiempo nos da por tener descendencia. Pero no podemos dejar de hacerlo, nuestro instinto es más fuerte y mis cachorros son lo más importante para mí. Claro que muchas veces puedo dejarlos solos por defender a mi amo. Él es como un hermano para mí. Alguna vez fui tan indefensa como mis cachorros, en esa época él se preocupó de mí. Una debe ser agradecida de quien te da un lugar para vivir y es tan cariñoso contigo. Ese es mi amo, es cierto que muchas veces no me he portado bien pero lo que siempre sale es el cariño que nos tenemos.
Aunque sin duda lo mejor de ser una perra, es mi sentido, es ser una quiltra. Una vez fui al doctor y me preguntaron la raza. Como no se hablar ese dialecto tan raro de mi amo él respondió por mí y dijo que era la cruza de una chiguagua con un san bernardo. La señorita de la recepción lo miró raro y después escribió 'mestizo'. Creo que es la forma siútica de decir que no tengo idea de donde vengo. Es lindo ser quiltra, puedo ser tan juguetona como un sabueso y tan feroz como un rotweiller. Mi amo muchas veces me ha dicho que prefiere que sea una quiltra a una perra de marca, porque se siente igual. Se come unas papas fritas con ketchup y después unos piñones recién hervidos. Lo malo que a mi me tiene a puro pellet.

Pingüino

Creo que los demás animales de este lugar me ven como el que mejor se viste. Bueno, el que más normal se viste. He visto a otros como yo en mi laptop y nos vemos igual. Traje de gala todo el día, por eso nos tiramos a la piscina a refrescarnos. Blanco y negro todo el día, incluso puede que sea una fijación, en otras cosas a veces suelo ser igual de extremista.
No soy muy buen nadador, o tal vez no me doy cuenta que nado bien hasta que me lo dicen. Quizás el oso polar del estanque de enfrente me envidie porque le gano en cada competencia de nado. Pero sin duda mi fuerte, según lo que comparto con los changos de al lado, es la computación. No seré un técnico, pero el poder usar otra cosa que no sea Windows me da un cierto encanto. Encanto que no me sirve con otras pingüinas pero qué se le va a hacer. No creo que los otros me vean muy diferente a lo que pienso, es más, tengo la seguridad que el oso cada vez se enoja más conmigo por haberle ganado cuando vino ese curso de kinder a visitar el zoológico. Pero no me quiero hacer malas pulgas, lo único que debo hacer es tirarme al agua y ahogarlas. Sin duda el chiste es otro de mis puntos bajos pero hago el intento.
Sí, es cierto, el chiste no era muy gracioso. Era la intención pero ni hizo reír ni a los changos de al lado de nuestro estanque. Ser pingüino no es tan fácil como se pinta en las películas hollywoodenses. Los changos creo que me ven medio superficial, pero no puedo caerle bien ni mostrarme tal cual soy al primer mono que aparece en la jaula de al lado.

Chansey

En realidad, me parece que éste si que las cagó. Con forma de huevo, rosado, sólo sabe decir su nombre y más encima no existe. ¿De donde salió? ¿De un a joda de Tinelli o de un catálogo de residuos nucleares? Es sin duda la cosa más rara que he visto en mi vida y eso que llevo varios años caminando en esta isla. Galápagos es tan autóctona que da para todo. Un huevo rosado con seis orejas, una cola y un huevo adelante. Esa cosa debe haber salido de un cuento pirateado de Handersen. Pero lo que más me extraña lo solidario que es, el otro día le dio por dárselas de enfermero y ayudó a un tucán con una pata rota. Se la vendó y el pobre pájaro no podía ni moverse, la intención es lo que cuenta. Ese mismo pajarraco fue a un casting de esos comerciales tropicales que les da por hacer aquí y salió protagonista. Necesitaban a uno con una pata mala.
Ese tal chansey a otros les parece incluso tierno. Viéndolo un poco de esta perspectiva... sí... podría ser. Pero no es mucho lo que puedo decir, a mis años la vista falla un poco. Siendo rosado y redondo puede que genere algo de ternura, quizás eso mismo de tratar de ayudar le da un poco de ternura. Pero eso no quita que sea raro, no se junta con muchos animales, incluso no va a los eventos sociales más importantes como las convenciones en el árbol siempre verde de la jungla. Se debe sentir medio solo, no he visto a otro como él en kilómetros. En realidad a este ritmo que me muevo es poco lo que alcanzo a ver. Alguna vez vi a uno de mis bisnietos jugando con uno de esos infernales aparatos electrónicos, ahí vi por primera vez a uno de esos chansey. De ahí que le digo que no existe, es parte del imaginario colectivo de una empresa pero bien le ha hecho a la comunidad. Si no nos ayudara seguramente ya habría desaparecido de la isla, es cosa de asegurarse.

Geometría


Sus ojos se encontraron de un momento a otro. Sus bocas se acercaban lentamente sobre un fondo de nubes anaranjadas y la brisa marina que mojaba con pequeñas gotas el pelo de la rubia cabellera de la joven. El ruido de las olas rompiendo en las rocas a lo lejos repercutía en sus corazones que latían con cada vez más fuerza por el inevitable encuentro de sus rostros.
-Cambia esa hueá, es muy mamona-
-Tú quisiste dejarla ahí, yo no respondo-
-Apúrate antes que salga 'The end'. Prefiero ver SQP que esta cosa-
-A ver, voy a buscar más palomitas y tú elige el canal-
“Bienvenidos a las informaciones. Tres muertos y una veintena de heridos deja acciden...”; “Oh! Mary Jane, eres la mujer más bella que he visto en...”; “...Bob Esponja ¿Haz visto mi goma de mascar? La tienes en tu cabeza Patri...”; “D' oh!”; “El presidente venezolano, Hugo Cha...”; “Sin despertar ni...”; “Quédese en nuestra sintonía, a continuación viene un nuevo capítulo del realit...”; “Timmy, no creo que esto sea muy buena idea...”
-Mira, los que te gustan-
-Sí, déjalo ahí. No sé si es más mamón ver monos animados o la otra película-
-A mí me gusta, me gusta que a ti te guste-
-No nos pongamos como la película tampoco...- ambos comenzaron a reír y se abrazaron viendo la caja idiota. La noche lluviosa caía y el farol de la entrada prendía su luz que atraían a cada mosquito que pasaba. La noche seguía apareciendo y lo único que interrumpía el sonar de la lluvia en el tejado era el ladrido de un perro entre las casas lejanas. El sueño iba ganando terreno por cada segundo que pasaba y la cabeza de él caía rendida sobre la pelirroja cabellera de ella. Tomando el control remoto en sus manos presionó el botón rojo que dice 'Power' y oscureció la habitación de la cabaña que compartían durante las vacaciones.
Se podía apreciar como ella se sentía segura entre sus brazos y él no tenía nada más en mente que la tranquilidad de sentirse acompañado. El sueño terminó por cerrar sus ojos y llevar al subconsciente esa frescura del momento como si se hubiesen conocido hace algunos minutos atrás. Silenciosa, la calefacción empaña los vidrios y mantiene el calor al interior del lugar.


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La noche tormentosa los dejó sin electricidad. Las gotas se han traspasado del exterior al interior de las ventanas. La condensación ha actuado y con ella la humedad se apoderó del lugar. Ella yace en el sofá cubierta con el plumón que la cobijó durante la noche. La chimenea salpica humo al interior mientras el soplido de él hace encender la llama.
-¿Tienes leña?- pregunta la mujer desordenando su pelo al son de un pequeño bostezo.
-No- gesticula algo aproblemado el hombre que continúa en su lucha por conseguir el ansiado calor. Ella sale de la pequeña cabaña sin más que la ropa que tiene puesta. Un buzo que llevaba la noche anterior. La leñera está a unos cuantos metros del lugar y debe correr para no mojarse más de la cuenta. Un par de leños son suficientes para la mañana pero no lo son para mantenerla seca en su trayecto. Las zapatillas embarradas, un polerón empapado y su rojizo cabello encrespado por efecto de la lluvia incesante.
-Voy a secarme al baño- entra y se despoja de sus ropas sin atender a que la luz que activó en la entrada no encendió. Toma el secador y se apresta a encenderlo. Deja sus vestimentas en un cordel cerca de la ventana.
-¡No hay luz!- le señala su pareja con un aire de ironía. Ella sonríe haciendo un gesto con la boca, no le queda alternativa que tomar un par toallas y secarse. Una pequeña sacude su cabello de cada gota depositada por las nubes que cubren el cielo y otra más grande la cubre completamente. Sale del baño envuelta con un color celeste. El fuego de la chimenea poco a poco se enciende y ella se dispone a poner la mesa. Dos platos, dos tazones, un tarro de café y otro de azúcar. Él se para y se dirige a la cocina a ayudar.
-¿Te mojaste mucho?-
-¡No! para nada, sólo tuve que sacarme la ropa para dejarla tendida por diversión-
-Yo creo que sí lo hiciste por eso- diciendo esto toma su cintura con la mano derecha y la besa sin remordimientos. Mientras que untó la otra mano en el merengue que tenían preparado para hacer la torta de cumpleaños.
-Esto es perfecto para el cutis- dice mientras con una carcajada le mancha el rostro.
-¡Oye! que eres sucio, ahora voy a tener que...- y tomando el bowl se lo coloca en el pelo de su pareja. Así se enfrascan en una pelea, una dulce pelea que los lleva a acercarse al sofá. La lluvia no para de caer y el viento sopla golpeando las gotas contra la ventana. Él la despoja de la toalla que cubre su cuerpo y ella hace lo mismo con los botones de su camisa. Caen frente a la ventana principal, la desnudez de sus cuerpos producía más calor que la azulada chimenea. Junto a ellos y por fuera de la ventana aparecía gracias al meneo del viento un joven alerce que era la antesala del espectáculo verde del lugar.


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Don Rigoberto se dirigía al encuentro de su rebaño de vacas como le decía él. Junto a su gorro de lana que le trajo su compadre de un viaje a la isla se coloca ese típico atuendo amarillo contra el agua. Sus botas de goma, cada vez más gastadas con el paso del tiempo, eran el complemento perfecto para su atuendo. Una varilla antes de partir y se lanza a la búsqueda entre los interminables prados verdes que aparecen ante sus ojos. El único atisbo de civilización es un camino de tierra que cada tres o cuatro días acoge a una camioneta 4x4 de algún dueño de fundo. En comparación a lo que tiene Don Rigoberto para movilizarse, sus inseparables par de pies. Suena hasta ridículo pero este hombre de campo sólo ha necesitado de su tracción de dos piernas para recorrer los caminos que lo conducen una vez al mes al pueblo más cercano.
Lo que estaba haciendo Don Rigoberto en ese momento fue por un descuido. Cada vez que se avecina una lluvia él junta a su 'rebaño' en el establo para que no se mojen, pero esta vez su espalda le dijo otra cosa. No podía arriesgarse a quedar en cama por lo que le queda de vida y optó por descansar como le recomendó el paramédico del pueblo. Las vacas se asustaron con los pocos rayos que cayeron antes del temporal y huyeron entre los cerros del sector. Esas siete vacas son un tesoro que Don Rigoberto no va a dejar ir. Los sonidos guturales, imposibles de derramar en un par de letras, llamaban a sus queridas lecheras. El viento acallaba esos sonidos y no le quedaba otra que continuar hasta los cerros que lo rodean. Realmente sintió algo en sus entrañas que pocas veces había sentido en todos los años de circo que tenía en el campo. Sintió angustia. El no poder contar con sus animales le traía un sinnúmero de recuerdos del pasado. No podía dirigirse a ningún lugar en particular, los bovinos escaparon a lugares desconocidos para su intuición. Solo frente a la naturaleza, imposibilitado de seguir avanzando se dio por vencido. Ya era muy viejo y muy enfermo como para continuar en su infructuosa búsqueda.
De vuelta, abriendo el cerco de alambres de púa de su casa, le pareció escuchar un mugido de uno de sus animales. Giró en busca de un cuerpo blanco y negro. A lo lejos avistó una pequeña mancha que supuso era una de sus vacas. El 'rebaño' ya no importaba, se conformaba en encontrar a una pequeña de sus regalonas. Apuró el paso por el largo camino de tierra, ese que está tirado en el piso por curvas y cerros. Su afán por encontrarla hizo que volviera a gritar esos ruidos guturales que llamaban hace tiempo a sus vacas sin resultado alguno.
Caminando por este largo camino pasa fuera de una pequeña cabaña con una chimenea encendida y una pequeña leñera a unos cuantos metros. En el techo se podía ver una pequeña antena satelital como la que hace un tiempo rechazó Don Rigoberto por no tener aparato eléctrico alguno. En la puesta un muchacho estaba sentado que lo saludó escuetamente. La vaca seguía siendo su prioridad pero le inquietaba el joven sentado en esa pequeña cabaña, no lo había visto por esos lugares y eso que Don Rigoberto conocía a mucha gente. Claro que vivía solo, pero no dejaba de hablar con la gente del pueblo.


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Él la despoja de la toalla que cubre su cuerpo y ella hace lo mismo con los botones de su camisa. Caen frente a la ventana principal, la desnudez de sus cuerpos producía más calor que la azulada chimenea. Junto a ellos y por fuera de la ventana aparecía gracias al meneo del viento un alerce joven que era la antesala del espectáculo verde del lugar. Sus cuerpos se entrelazaban y sus alientos chocaban. No existía nada más en el mundo que ese placer de estar el uno con el otro.
Sus gemidos entrecortados se tornaron cada vez más fuertes y no encontraban cabida en la pequeña cabaña de madera. De un momento a otro sólo se escuchó al hombre y de a poco encontró la razón de que ella ya no disfrutara la situación como hace un momento. Su cuerpo, sudado y extendido en la alfombra no respondía a las caricias de su amante. Tampoco respondía a su nombre ni a las cosquillas que la caracterizaban. Unas pequeñas palmadas en las mejillas no la despertaban ni tampoco las sacudidas que repentinamente él trataba de darle.
Acercó temerosamente su oído al pecho desnudo de su amada y sin moverse durante unos largos minutos la dejó el piso. Ella, desnuda frente a la inmensidad no respiraba. Recordando unas pequeñas lecciones del colegio tomó una pequeña linterna y le abrió los párpados. No había reacción de sus ojos tornasoles ni latidos en su cuello. Le cerró los ojos y la arropó con el plumón que los cobijó la noche anterior. Tomó su celular para llamar al pueblo pero se percató que no tenía batería. Sin electricidad no había que hacer más que esperar. Se vistió con las ropas que dejó tiradas en el piso y calentó el agua en una tetera junto a la chimenea. Fue a buscar otro par de leños y comió el bizcocho que había envuelto en un papel transparente junto a una bolsa pequeña de rosadas velas. El café tenía un sabor perturbadoramente dulce. La lluvia golpeaba con más fuerza los vidrios de la gigantesca cabaña y colmaba de hojas las canaletas que desbordaban sus torrentes.
Un extraño ruido lo invitó a moverse e ir a la ventana principal. Un bulto blanco y negro pasó por el cercano camino de tierra. Él volvió a sentarse al sofá y miró fijamente a su amada que yacía en el piso sobre la alfombra. Seguía inmóvil, casi dormida. Su rostro ahora le parecía más angelical pero sin el sentimiento de bondad que lo caracterizaría. Toma otra taza de café, esta vez un poco más amargo y un poco más frío. No le interesa como esté su taza.
La lluvia se apacigua un poco, toma su parka y sale a la entrada de la monumental cabaña. Se sienta en los escalones y acaricia a un gato que pasó por su lado. Miraba maravillado lo hermoso de las combinaciones de verdes que se perdían en el horizonte junto al gris de las nubes. En ese momento se cruza en su visión un viejo vestido con un traje para el agua, un par de botas y un gorro de lana con una inscripción que dice “Chiloé”. Le llama la atención no haberlo visto antes y le levanta la mano para saludarlo. El viejo se detiene, lo mira por un momento y continúa su camino.

Talla M


Tomó su mochila y sacó sus cuadernos, dejó sólo uno. Sabía que tenía que llegar con algo. Fue a su despensa, una cajonera algo angosta, y sacó una botella con un licor transparente que aún no se abría.
Tomó la micro a las 7:45 de la mañana. Llegaría como a las 8. Se volvió mientras los oficinistas fiscales lo veían con cara de noticiero. La micro partió tras él. Caminó y atravezó el parque a pie. Nadie lo detuvo ni él quiso detenerse. Era una sensación nueva para él. Pasó al otro extremo del parque y bajo una araucaria se detuvo a pensar si era correcto lo que iba a decir. No pensó en estupideses y siguió su camino. Desde el edificio recién inaugurado colgaban pancartas y consignas.

-¡¡¡No nos sacan ni cagando!!! ¡¡¡No nos sacan ni cagando....

Tomó un sorbo de la botella que traía y se la pasó al grupo que estaba sentado al fondo, ese grupo que no gritaba. "Un regalo" les dijo.
Tomó la bocina y habló por el micrófono.

-¡Anoche tuve un sueño! Soñé que era millonario, que podía pagar lo que quisiera. Que podía estudiar en una privada. También soñé que no tenía un peso, que apenas y podía comer, no podía pagar el agua ni la luz pero si podía estudiar con millones y millones en becas. ¡Pero la verdad es otra! ¡Tengo un sueño!, quiero ser algo en la vida y la sociedad me lo prohibe, no tengo plata y las deudas que me agobian a mi y a mi familia son insostenibles. No califico como pordiosero, tampoco como un cuico con plata. ¡Soy de clase media, de la puta clase media! de esos que todos tratan de cagar. Creo en la buena fe de la gente ¡pero me harté!. Tomó un cartel y ayudó con las consignas que salían de la multitud.


-Y usted, cómo se llama mijito-
-Pablo Antonio Guerrero Cuevas, tía-
-Dígame su nombre no má pue-
-Pablo-
-Muy bien mijito-


-¿Quién de ustedes sabe cual esesta letra?-
-Yo profe, yo!-
-A ver Guerrero-
-¡La Z profesora!-
-Bien... esperen un poco- le habla el inspector- Guerrero vaya donde el director...-


-Dígame señor Guerrero...-
-Usted me llamó...-
-Mire. Usted ha estado los últimos doce años con nosotros y me temo que le tengo una mala noticia...-
-heee... bueno... dígame Señor...-
-nuestra institución, colegio particular-subvencionado, debe exigir un mínimo requisitos-
-Pero llevo buenas notas... 5,7...-
-Ha, sí, claro... pero me refiero a sus aportes voluntarios. Usted me entiende...-
-Bueno... yo... este...-
-Si desea egresar con sus compañeros y compañeras debe cancelar la totalidad de su mensualidad a la fecha-
Bueno, déjeme decirle que mi madre está cesante hace algún tiempo... y usted sabe que mi padre ya no... bueno, está muerto y nos dejó más deudas que dinero-
-No es mi problema señor Guerrero. Usted escogió esta institución educacional ¡particular subvencionada! y por lo tanto debe saldar su cuenta con este liceo-
-Pero ya le dí mis razones, yo...-
-¡Nada! He sido claro. Ahora vaya a recaudación o se puede retirar con sus cosas ahora mismo.-




Tomó la bandera principal que llevaba un amigo y la izó al viento raudo que pasaba. Llegaban la fuerza pública y el era el más visible. El carro lanza agua apuntó su chorro hacia él y lo lanzó contra la vereda. Lo tomaron de ambos brazos y lo subieron a una micro. Verde. Oscura. Negra.

Tomó un pañuelo para secarse las lágrimas, pagó la multa con el dinero para fotocopiar un libro. Dió el exámen sobre ese texto. Reprobó. Repitió todo el semestre. No pudo pagar. Congeló. Buscó trabajo. Es cesante. Le cumplieron un favor. Es taxista por las noches. Chocó un poste. Se fracturó una pierna. Tuvo que pagar el auto. Se endeudó. No pudo pagar. Está en la carcel. Salió por buen comportamiento. Afuera del juzgado lo asaltaron. Recibió un cuchillazo en el rostro. Se recuperó.

Hoy... no es nada... es un humano de clase media con 56 tarjetas de crédito y 8 diferentes deudas financieras para pagar las tarjetas.

Solteros, solteras. Solteros sin compromiso...”





  • No seai hueón, te digo que si no terminai con esa mina te vai a dar cuenta que va ser la única mina con que te ai metío -

  • déjate de hueviar, esa es hueá mía -

  • Depué no te quejí -




  • Y!? De aonde somo en la noche? -

  • En la “Extasis” a las 11-

  • Pero ante en la casa con unas promo po hueón! -

  • Ya po, yo me pongo con una-

  • Y las minas?...-

  • En la disco po hueón, esta noche es nuestra en la Ex...-

  • ¡Señor Carcamo! Ponga atención a la clase. El tubo eferente conduce a la pelvis renal...-




  • Hola po Gato!-

  • Y el Cara e' Jurel? -

  • Se viene con el Carmelo-

  • Ese ahuevonao!-

  • Ya po hueón! Y las promo? -

  • En el auto, calmao...-




  • Acá etamo po Gato-

  • Güena hueón, y las minas po loco?! -

  • Pero si vo dijiste que ibamo a la Ex -

  • Güena ahuevonao, vo si que erí hueón -

  • Bueno pa la otra se la esplicai con manzanita al pelotuo -




  • Calma loco, tu carné-

  • Y pa qué? Si tengo 18-

  • Ya no te hagai el hueón, pasa el carné -

  • Te esperamo adentro ahuevonao-

  • Voy a mi auto, espere...-






  • Donde chucha está mi billetera?...-

  • Hola, se te perdió algo?-

  • ah? ... chucha! Ahhh! Mi cabeza? -

  • Te pegaste...?-

  • hemm... haaaa... no... hola, soy Juan Carlos pero me podí llamar Carmelo-

  • Carmelo... yo soy la Sofía... he escuchado de tí-

  • ha sí?! Y donde?

  • En la U, una amiga-

  • la Carla supongo-

  • sí, ella. Tú buscabas algo...-

  • cierto!... pero por qué no damos una vuelta?-

  • a donde?

  • No sé, por ahí-

  • dale po-




  • bonita tu cabaña...-

  • sí, acá me quedo cuando vengo a la playa...-

  • que güena...-

  • oye, querí tomar algo? Una piscola?-

  • bueno...-




  • disculpa...-

  • no, no te disculpes... nació... fue el momento...-

  • que incómoda la situación...-

  • ven, acércate....-




  • vamos... déjate llevar...-

  • no lo sé-

  • no te preocupes tanto...-

  • ven...-




  • si no estuviera tan pasá ya te hubiese dicho que no...-




  • no me puedo sacar esta güeá... puta la güeá dura...-

  • a ver... espera...-

  • ahí salió... puta la bota güeona...-







  • auhh! Me pegé en la cabeza...-

  • cuidao con la paré...-

  • jam... jmm...-




  • oye... tení condón... -

  • calmá... voy a... concha... por la chucha...-

  • ¡¿no tení?!-

  • Tranquila... no va a pasar nada... -

  • no güeón... no me tinca...-

  • escuchame... te amo... siempre te llevaré en mi corazón...-








  • al fín llegáste güeón -

  • si. acá ta la carne-

  • traete la longa pa'l choripan güeón -

  • Pasa güeón. Y el Carmelo?! -

  • ¡¡¡Acá llegé güeón!!! -

  • Güena güeón. No te había cacha'o. Pasa compadre. -

  • traje unas chelitas -




  • y como te fue con la Coté? -

  • se fue en volá la mina -

  • jue! Que mala güeón -

  • te dije güeón. Esa mina era lesbiana... -

  • pero igual me la comí po. Era bisexual la maraca -

  • Y vo? No estarai pasandote pa'l otro la'o -

  • no güevee po güeón. Como decí esa güeá! -

  • Oye! Este gëón está de pata negra' de la Sole...-

  • Mira la güeona puta... no estaba pololeando la easy-

  • al parecer, viejo, no estaba tan enamorada... -

  • Güena güeón!!!! ese e' mi Gato!!!! -













  • pasate un pe'azo po güeón -

  • te acordai de la Sofía? -

  • el Cara 'e Jurel se andaba babeando por esa güeona -

  • es una perra! Tai güeón! Tenía más cachas en una noche que todo ustede juntos -

  • adivina la última de la perra po -

  • cuenta po. Pasate la botella güeón -

  • la muy caliente esta preña! Si güeón... -

  • yaaa! Mira la maraca -

  • oye... te acordai cuando vino la Elektra pa la Ex.-

  • Como hace do meses fue esa güeá -

  • si po. Tuvo la raja. Estuvo SU raja güeon. Viene denuevo pal jueve, vamo.

  • Vamo a güebear -

  • oye!! no entren al baño! Hay tremenda araña!!

  • abre la ventana saco de güe'a! Agüe'onao de mierda!! puta el Carmelo güeón...

  • Y donde vamo el jueve? -

  • Tai perdío güeón -

  • Vamo repitiendo... a la Ex a ver a la Elektra que cada día está ma buena-

  • Oka... algo ma? -

  • Ecuchate la última de la Chofi? La puta está preñá -

  • Le taba diciendo al Gato que tenía do meses... la echaron de la casa -

  • ya y...? quién e esa güeona? -

Emitiendo señal......

Acababa de leer Sobredosis, el libro de Fuguet. Me quedó una sensación de resentimiento, búsqueda, de que se yo. Una sed de venganza hacia los moderos de su tiempo y de demostrar la estupidez de la surta de huevones que vivian en los 80s.


Pero yo no pertenecía a eso. Nadie de nosotros lo era.

Siempre dicen que la gente no cambia, que todo es siempre y por siempre igual. Los niños juegan y no se preocupan por nada, los jóvenes son rebeldes con o sin causa, los adultos deben trabajar y comer, y los ancianos prepararse a morir. Además, todo lo que decían era como si hubiesen vivido bajo un yugo que les decía que tenían y no tenían que hacer... bueno... es cierto... ellos vivieron los 80s, una época (para los que sobrevivieron) donde despertó la idea de libertad. Un libertad de verdad y no una que aparece en la moneda de 10 antigua. Ellos se creen los salvadores del universo, nuestros mesías contemporáneos, en parte lo son, pero se fueron transformando de a poco en lo que ellos tanto odiaban u odian.


Me tomé la licencia un día de creerme periodista y le pregunté a Fuguet sobre la juventud actual. Me dijo que la teníamos mucho más clara que ellos... claro... él tiene toda la razón... ¿qué tenemos claro?

Ahora las cosas han cambiado. No somos unos Prisioneros pero igual gozamos con la estupida voz de los 80. No tenemos idea quién fue el Che pero lo tenemos estampado hasta en los calzoncillos. Le escupimos a una foto de Pinochet pero nosotros sólo tenemos recuerdos del 90 pa' adelante, no supimos nunca en carne propia lo que fue esa época y sólo nos quedaron vestigios inmundos de odio sin saber por qué. Pudo haber afectado a nuestras familias, a nuestra sociedad... pero fue hace bastante tiempo. Sé que el tiempo no hace olvidar las cosas, pero hace que las veamos con otros ojos. Las cosas pasan por algo... a veces pasan por un algo más insignificante de lo que creemos.


Ya no se están esfumando los vientos de los 70... arremete la idolatría de los 90s.


Porque no supimos por un diario o la radio de la guerra, la vimos en vivo por la tele.

Porque sufrimos rebobinando los cassettes, cambiamos a los cds y los cuidamos como huesosanto para que no se rayaran, y al final teníamos que acostumbrarnos al MP3.


Porque no vimos nacer los malls pero vemos como se comen nuestras ciudades. Ahora son parte de nuestra vida diaria.


Porque el Atari ya era un vegestorio en nuestras casas y nos sorprendimos con el Nintendo Ultra... después los huevetas le cambiaron el nombre.


Porque junto a nosotros surgió la tele y ya eramos parte de un MTV antiguo.

Porque para que alguien nos pudiese leer masivamente teníamos que escribir una carta al diario, y con cueva nos pescaban, pero ahora podemos ventilarle al mundo nuestras vidas a través de un fotolog, blog, etc, etc.


Porque tuvimos que sacar más plata del bolsillo al comprar láminas autoadhesivas y vimos como desaparecían los albumes de animales de Artecrom.


Porque gozamos con los grupos ochenteros pero no tenemos idea del por qué de sus letras.


Porque nos tenemos que mamar cada discusión del Sí y el No, y más encima nos hacían tomar partido por la tendencia familiar.


Porque descubrimos el mundo a través de una enciclopedia y lo tuvimos que explorar luego por un computador.


Porque usabamos un papelografo para nuestras disertaciones y después reusabamos un disquete millones de veces para guardar un presentación que bajamos de internet y luego la grabamos en un CD que pasamos a un DVD con un disco extraíble. (...me puse tecnológico...)


Porque hasta hace poco pensabamos que la navidaddebía ser nevada y el viejo pascuero no era una idea de la Coca-Cola.


Porque, finalmente, nos tuvimos que acomodar a un Chile que salía de la represión (que ninguno de nosotros sintió porque eramos muy chicos -uno o dos años y al final del periodo- o incluso no habiamos nacido) y vertiginosamente se aventuraba a ser una potenci... un país un poco más raro de lo común.