Emitiendo señal......

Acababa de leer Sobredosis, el libro de Fuguet. Me quedó una sensación de resentimiento, búsqueda, de que se yo. Una sed de venganza hacia los moderos de su tiempo y de demostrar la estupidez de la surta de huevones que vivian en los 80s.


Pero yo no pertenecía a eso. Nadie de nosotros lo era.

Siempre dicen que la gente no cambia, que todo es siempre y por siempre igual. Los niños juegan y no se preocupan por nada, los jóvenes son rebeldes con o sin causa, los adultos deben trabajar y comer, y los ancianos prepararse a morir. Además, todo lo que decían era como si hubiesen vivido bajo un yugo que les decía que tenían y no tenían que hacer... bueno... es cierto... ellos vivieron los 80s, una época (para los que sobrevivieron) donde despertó la idea de libertad. Un libertad de verdad y no una que aparece en la moneda de 10 antigua. Ellos se creen los salvadores del universo, nuestros mesías contemporáneos, en parte lo son, pero se fueron transformando de a poco en lo que ellos tanto odiaban u odian.


Me tomé la licencia un día de creerme periodista y le pregunté a Fuguet sobre la juventud actual. Me dijo que la teníamos mucho más clara que ellos... claro... él tiene toda la razón... ¿qué tenemos claro?

Ahora las cosas han cambiado. No somos unos Prisioneros pero igual gozamos con la estupida voz de los 80. No tenemos idea quién fue el Che pero lo tenemos estampado hasta en los calzoncillos. Le escupimos a una foto de Pinochet pero nosotros sólo tenemos recuerdos del 90 pa' adelante, no supimos nunca en carne propia lo que fue esa época y sólo nos quedaron vestigios inmundos de odio sin saber por qué. Pudo haber afectado a nuestras familias, a nuestra sociedad... pero fue hace bastante tiempo. Sé que el tiempo no hace olvidar las cosas, pero hace que las veamos con otros ojos. Las cosas pasan por algo... a veces pasan por un algo más insignificante de lo que creemos.


Ya no se están esfumando los vientos de los 70... arremete la idolatría de los 90s.


Porque no supimos por un diario o la radio de la guerra, la vimos en vivo por la tele.

Porque sufrimos rebobinando los cassettes, cambiamos a los cds y los cuidamos como huesosanto para que no se rayaran, y al final teníamos que acostumbrarnos al MP3.


Porque no vimos nacer los malls pero vemos como se comen nuestras ciudades. Ahora son parte de nuestra vida diaria.


Porque el Atari ya era un vegestorio en nuestras casas y nos sorprendimos con el Nintendo Ultra... después los huevetas le cambiaron el nombre.


Porque junto a nosotros surgió la tele y ya eramos parte de un MTV antiguo.

Porque para que alguien nos pudiese leer masivamente teníamos que escribir una carta al diario, y con cueva nos pescaban, pero ahora podemos ventilarle al mundo nuestras vidas a través de un fotolog, blog, etc, etc.


Porque tuvimos que sacar más plata del bolsillo al comprar láminas autoadhesivas y vimos como desaparecían los albumes de animales de Artecrom.


Porque gozamos con los grupos ochenteros pero no tenemos idea del por qué de sus letras.


Porque nos tenemos que mamar cada discusión del Sí y el No, y más encima nos hacían tomar partido por la tendencia familiar.


Porque descubrimos el mundo a través de una enciclopedia y lo tuvimos que explorar luego por un computador.


Porque usabamos un papelografo para nuestras disertaciones y después reusabamos un disquete millones de veces para guardar un presentación que bajamos de internet y luego la grabamos en un CD que pasamos a un DVD con un disco extraíble. (...me puse tecnológico...)


Porque hasta hace poco pensabamos que la navidaddebía ser nevada y el viejo pascuero no era una idea de la Coca-Cola.


Porque, finalmente, nos tuvimos que acomodar a un Chile que salía de la represión (que ninguno de nosotros sintió porque eramos muy chicos -uno o dos años y al final del periodo- o incluso no habiamos nacido) y vertiginosamente se aventuraba a ser una potenci... un país un poco más raro de lo común.

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